martes, 6 de septiembre de 2011

LA HISTORIA DE JOHN NEWTON
Esta es una  historia  basada en la vida de John Newton un Británico que en el siglo XVIII (1700) se dedicaba al comercio de exclavos entre Africa y Estados Unidos.

El Sr. Newton era conocido por su crueldad e insensibilidad. Los exclavos temblaban al escuchar su nombre y cuando su Barco llegaba a Africa en busca de más víctimas para su cacería humana, el terror se hacía presa de los habitantes de la zona.

En uno de esos viajes, el cual estaba predestinado a ser su último viaje, el Sr. Newton iba con su barco repleto de su botín. Más de 5000 personas de raza negra estaban atados y amontonados en el fondo del barco. Hambrientos, sedientos, enfermos y paralizados por el terror hacia el futuro que les aguardaba.

De repente, una fuerte tormenta rodea el barco. El mar embravecido hace perder el control de la nave. La madera de la cual estaba construida comienza a quebrarse ante la fuerza de la naturaleza. Rayos y relámpagos alumbraban el cielo y las olas gigantescas golpeaban enfurecidas la embarcación con la intención de voltearla…

En medio de la desesperación, el miedo inundó al Sr. Newton, por primera vez se enfrentaba a algo que él no podía controlar. El sabía que el barco no resistiría esa tormenta e inevitablemente colapsaría siendo el final para todos.

Ante esta situación, el Sr. Newton vió pasar en frente de él imágenes de su nefasta vida; ante sus ojos pudo observar los rostros tristes y aterrorizados de todas aquellas personas que el había privado de su libertad y vendido al mejor postor. El mismo sintió en carne propia los sentimientos que esos seres sintieron. Un gran dolor sintió en su alma y en un llanto profundo expresó: Oh Dios, que he hecho con mi vida? Solo he traído dolor y desesperanza a quienes me rodean y perdí mi camino…se que no té merezco, pero perdóname Oh Dios, no sabes cuanto lamento todo el mal que he provocado…

En ese instante, desde el fondo del barco donde el humano cargamento se encontraba se escuchó un murmullo “uhm uhm a uhm uhm…uhm uhm..uhm uhm..” al principio fué solo uno..luego poco a poco se fueron sumando uno a uno los murmullos de las 5000 personas que viajaban prisioneros alli…y el murmullo fue tan fuerte que era escuchado por la tripulación a pesar de los truenos y el ruido de la tormenta…uhm uhm a uhm.. uhm uhm uhm uhm…

A los pocos instantes la tormenta comenzó a calmarse….el murmullo continuaba…y la tormenta desapareció…el Sr. Newton miró al cielo y por primera vez en su vida se arrodilló y dijo Gracias Dios rezando el padre Nuestro…

El Sr. Newton abandonó su profesión de comerciante de esclavos y se hizo Predicador. Durante el resto de su vida dió su dinero y su esfuerzo para ayudar a la liberación de los esclavos. Pero en su mente siempre sonaba un murmullo: uhm uhm a uhm...uhm uhm uhm uhm…un día, sin saber él como tocar el piano, se sentó en frente de uno y como un milagro le puso música al murmullo que lo acompañaba en su mente desde el día de la tormenta. Y luego tomó una pluma y escribió lo siguiente:
Oh Gracia Divina
Que dulce es tú sonido
Que salva incluso a los descarriados como yo.
Yo estaba perdido pero ya encontré mi camino
Yo estaba ciego, pero ya puedo ver.

Tú Gracia me hace ver mi corazón
tu gracia alivia mis miedos
Que grandiosa es tú Gracia
Que aparece en el momento en que más la necesito
Contra los peligros tú nos protejes
Y nos llevas seguro al hogar.

Oh Dios tú promesa es buena para mí
Y tú palabra es la esperanza que uso como escudo
Siguiendo tú camino sé
Que cuando mi vida termine
Llegaré a tí lleno de alegría y paz

Aunque yo viva 10.000 años
Siempre necesitaré un día más
Para agradecerte Señor
Y cada día será como el primer día

Oh Gracia Divina
Que dulce es tu sonido.

http://youtu.be/MJJBqy0lJ

sábado, 3 de septiembre de 2011

PREDESTINADOS EN CRISTO

PREDESTINADOS?
 Efesios 1:3-14
Introducción:
El plan y propósito de Dios era,  un gran misterio, pero ha sido revelado y ahora sólo tenemos que leer el Nuevo Testamento para entenderlo (Efes. 3:3,4 Dios me reveló su designio secreto: me lo dio a conocer, como ya os he escrito brevemente.Leyendo mi carta podréis daros cuenta de que conozco el designio secreto de Cristo,).
     B. La Biblia sí enseña la "predestinación" como observamos en Hechos 2:22, "a éste, entregado por el de­terminado consejo y anticipado conocimiento de Dios...matasteis". Esto fue el plan de Dios para redimirnos. Desde antes de la fundación del mundo Dios ha tenido su plan o propósito de sal­varnos de los pecados.  (Cuando Adán pecó, Dios no se rascó la cabeza y pensó: " Dios y ahora que voy ha hacer?")
     
Hay que distinguir entre el plan de Dios revelado en la Biblia y la teoría falsa de Juan Calvino y otros de que Dios predestinó o predeterminó que algunos hombres en particular, fueran salvos y otros hombres en particular , fueran reproba­dos, a pesar de lo que tales individuos quisieran hacer o hicieran.
I. "En Cristo" -- Punto Clave En Este Texto.
     A. Cristo es el Elegido de Dios. Isa 42:1 "He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justi­cia a las naciones". Véanse también Luc. 23:35; 1 Ped. 2:4,6. La expresión "en Cristo" se usa repetidas veces en el Nuevo Testamento y es el punto clave para en­tender la predestinación bíblica: Cristo es el elegido, y nosotros somos elegidos en El.
     B. Cristo fue predestinado a ofrecerse a sí mismo como cordero de Dios (1 Ped. 1:20; Hech. 2:23; 4:28). Cristo y el evan­gelio son la sabiduría de Dios "la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria" (1 Cor. 2:7).
     C. Somos "bautizados en Cristo Jesús" (Ro. 6:3 ¿No sabéis que, al quedar unidos a Cristo Jesús por el bautismo, quedamos unidos a su muerte?). En El encontramos el cumplimiento del plan y propósito de Dios. Todo lo que Dios ha predetermi­nado, predestinado para la humanidad depende de si creemos y aceptamos   Cristo como nuestro Salvador.
II. "Nos Bendijo Con Toda Bendición Es­piritual En Cristo" V. 3.
A. ¿Qué son estas bendiciones? To­das las provisiones del evangelio expresadas por las palabras "salvación", "perdón", "redención", "reconciliación", "justificación", etc.
     B. Dios (Padre, Hijo, Espíritu Santo) mora en nosotros. Cuando Dios nos perdona también nos da la su naturaleza somos nuevas criaturas tenemos la naturaleza del Padre (Hech. 2:38; Rom. 8:1-14; Gál. 5:14-23). Dios nos dirige a través de su palabra. Tenemos comunión con Dios (participamos o tenemos parte en cosas espirituales y celestiales, Heb. 6:9).
C. Tenemos el privilegio de orar a Dios. Ahora podemos decir "Padre nuestro que estás en los cielos". Tenemos comunión con Dios.
D. Somos miembros del cuerpo de Cristo (1:22,23; 2:16,17; 4:4), su iglesia gloriosa (5:26,27), y Dios suple todo lo necesario para que llevemos mucho fruto (2 Cor. 9:8-10).
     E. Tenemos la esperanza viva (Heb. 6:18) de la vida eterna (1 Jn. 2:25). Esta esperanza nos llena de gozo y paz.
III. "Según Nos Escogió En El Antes De La Fundación Del Mundo" V.    (Ef.1:3-10)
     A. Al iniciar esta hermosa frase muy larga (Ef.1v. 3-10) Pablo especifica el lugar (la esferadónde encontramos la salvación: en Cristo.
     B. Otra vez la expresión "en El" ex­plica el texto. No es que Dios haya escogido arbitrariamente a ciertos hom­bres para la salvación, sino que Cristo es el elegido, y los que Creemos y aceptamos  a Cristo (para estar "en él") también somos elegi­dos o escogidos  en El.
     C. La invitación de estar "en El" es para todos (Mat. 11:28-30; Apoc. 22:17). Cristo murió por todos (1 Jn. 2.2). "Serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí" (Jn. 6:44-45). De esta ma­nera Dios nos "trae" a Cristo .
     D. "A lo cual os llamó mediante nues­tro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo" (2 Tesal. 2:14).
      E. Los "escogidos", pues, son cris­tianos, los que han creído el evangelio (Mat. 24:22, 24,31; Rom. 8:33; Col. 3:12; 2 Tim. 2:10, etc.).
     F. "Antes de la fundación del mundo" ("antes de los tiempos de los siglos", 2 Tim. 1:9) Dios nos escogió EN CRISTO, es decir, escogió a los que aceptarán a Cristo. Mat. 25:34 "Venid...heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo"; dice Cristo clara­mente en Jn. 3:5, "De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios", indicando así que cada persona tiene que ejercer su propia voluntad para entrar en el reino.(no desestimando  la obra del Espíritu Santo en cuanto nos guía y redarguye de Pecado,  así que es decisió de cada cual Ro. 2:4)
     G. Es interesante hacer una lista de las cosas mencionadas por Pablo en conexión con la elección. "Nos escogió" en Cristo (1:4); "para que fuésemos santos y sin mancha delante de él" (1:4) ("para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo" Rom. 8:29); "para ser adoptados hijos" (1:5); "para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad" (2 Tes. 2:13).
IV. "Para Que Fuésemos Santos Y Sin Mancha Delante De El" V. 4; 5:26,27.
     A.  Pablo no sólo especifica la esfera donde se halla la salvación, sino el carácter de los que se salvan. Dios "nos es­cogió" "en él" "para que fuésemos santos". Es parte integral de la elección divina.
     B. Los que verdaderamente están "en Cristo" son santos y sin mancha. Esto fue predestinado por Dios. Dios predestinó, predeterminó, el carácter de aquellos que El aceptaría como su pueblo. Tenemos que ser santos, porque El es santo (1 Ped. 1:15-16). Dios nunca predeterminó que los mundanos y malvados impenitentes fueran al cielo (Apoc. 21:8,27; 2 Tes. 1:7-9). (Acaso Dios tendrá hijos asesinos, pederastas, ladrones, mentirosos.......?)
C. Por lo tanto, dice Pablo (Efes. 4:23) "renovaos en el espíritu de vuestra mente" (véanse también Rom. 12:2; Col. 3:10), para ser transformados en la ima­gen de Cristo (2 Cor. 3:18).  (entender cuál es la herencia a la que hemos sidos llamados y caminar sobre esa verdad)

D. Recuérdese que "a los que antes conoció también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo" (Rom. 8:29). Efes. 1:4,5; Rom. 8:29; 2 Cor. 3:18; 2 Tes. 2:13
 Suyos" V. 5.
     A. No somos hijos de Dios, como los judíos, por la generación, sino por la regeneración por medio del evangelio. Es decir, nacemos otra vez (Jn. 3:5; 1 Cor. 4:15; 1 Ped. 1:23-25).
     B. Luego Dios nos "adopta" para ser sus hijos para que seamos herederos con todos los derechos y privilegios de un hijo. Nos da su nombre ("hijos de Dios").
     C. De esto Pablo habla también en Gál. 3:26-4:7.
     D. En todo esto obsérvese con cuidado que no hay ninguna referencia a predestinar arbitrariamente a nadie; todos los textos que hablan de la predestinación hablan del hermoso plan de Dios de rescatar de pecado a los de buen corazón (Luc. 8:15) y transformarlos en la imagen de su Hijo, para que éstos sean su pueblo para siempre y que estén con El en gloria. El evangelio es su poder (Rom. 1:16) para hacerlo.
     E. En el v. 5 Pablo repite que esto se realiza "por medio de Jesucristo". Pero si Dios nos hubiera predestinado arbitra­riamente para vida o para muerte ¿por qué fue necesaria la muerte de Cristo?
CONCLUSIÓN
     A. El pensamiento principal en Efes. 1:3-14 es que estamos "en Cristo" el elegido de Dios. En El recibimos "toda bendición espiritual". Dios "nos escogió en él antes de la fundación del mundo". Nos escogió para que "fuésemos santos y sin mancha" (véase 5:26,27). En El tuvimos herencia, o Dios tiene una herencia (las dos cosas son ciertas, son verdades bíbli­cas).
     B. El propósito de Dios: tener un pueblo "para la alabanza de su gloria".

Nota. Basado en  Sermones index

jueves, 1 de septiembre de 2011

Reflexión

Receta para la Semana

Reflexionemos. . .   Proverbios 23. 13-19
13 No rehúses corregir al muchacho; Porque si lo castigas con vara, no morirá.  14 Lo castigarás con vara, Y librarás su alma del Seol.  15 Hijo mío, si tu corazón fuere sabio, También a mí se me alegrará el corazón; 16 Mis entrañas también se alegrarán Cuando tus labios hablaren cosas rectas.  17 No tenga tu corazón envidia de los pecadores, Antes persevera en el temor de Jehová todo el tiempo; 18 Porque ciertamente hay fin,  Y tu esperanza no será cortada. 19 Oye, hijo mío, y sé sabio, Y endereza tu corazón al camino.
En mis viajes por internet leí un artículo de la Dra. Sarah Jana Radcliffe, Psicóloga con Maestría  en Educación,  autora de cinco libros sobre vida familiar, entre ellos “Eduque a sus hijos sin levantar la voz”
En el  artículo la Dra. Radcliffe  escribe que a veces se  tiene que pegar cuatro gritos para que el chico preste atención y  cuando se  grita, por fin nos toman en serio. Cuanto más gritemos a nuestros hijos, mayor será la cantidad de hábitos nerviosos que van a desarrollar. Cuanto más gritemos, más problemas sociales tendrán nuestros hijos: serán víctimas de hostigamiento, o serán hostigadores, les costará hacer amigos y mantenerlos. Y, cuanto más gritemos, mayor será la tendencia de nuestros hijos a presentar falta de concentración para hacer los deberes.  Y todavía queda más para agregar. Si les gritamos ininterrumpidamente durante dos décadas (es decir, durante los años de la adolescencia) entonces, una vez adultos, tenderán a presentar: más desórdenes de personalidad, más problemas de relación, más depresión y ansiedad, más problemas de salud, más dificultades como padres, más disfunciones de todo tipo posible. Cuanto más gritemos a nuestros hijos, menos les vamos a agradar. Cuanto menos les agrademos, tanto menos querrán parecerse a nosotros. Al no identificarse con nosotros, posiblemente también rechacen nuestras enseñanzas, nuestros valores y cualquier cosa que queramos impartirles. Por eso, cuanto más gritemos, menos influiremos sobre nuestros hijos para que sigan por el camino que queremos que recorran. Y muy posiblemente nuestros nietos también reciban gritos porque hemos incorporado un "programa de gritos" a su crianza. Cuando les gritamos a nuestros hijos, también les estamos gritando a nuestros nietos, bisnietos y... a los que vendrán.
Tomemos  conciencia de que gritar no sirve, puesto que  por más que desgastemos  nuestra  garganta, nuestros gritos no tendrán  el efecto deseado.  Nuestros hijos o nietos  se acostumbraran al terrible volumen de nuestra voz  y nos quedaremos  hablando solos.  Pensemos  en los  resultados que esto trae y tomemos el tiempo para aprender  lo que Dios nos dice en Su palabra.  Los padres queremos  lo mejor para nuestros hijos, y que sean los mejores entre sus compañeros  pero a veces no sabemos cómo lograrlo.  La Biblia nos dice que debemos instruir a los niños en el mejor  camino,  que crezcan  amando a sus padres y al Señor y así,  cuando sean grandes no se aparten de las buenas instrucciones.  En el libro de Proverbios, Dios  nos da  formas  de educar, formas   que en el día de hoy no son  aceptadas, pero no hay mejor cosa que hacer que obedecer los que el Señor no indica.  Para que los niños no sean vergüenza para sus padres,  deben corregir a sus pequeños,  con  consejos, poniendo límites y consecuencias y por último castigos  físicos, una nalgadita dada en amor  hará que el niño nunca avergüence a sus padres.  Aún más la vida con los niños será placentera y llena de alegría.  “No rehúses corregir al muchacho;  porque si lo castigas con vara, no morirá.  Lo castigarás con vara, y librarás su alma del Seol (Proverbios 23.13-14.)
Recordemos también lo que Pablo nos dice en Efesios: “padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor” La disciplina debe ser dada con amor e información.
Hasta la próxima                                                                                                                                                Pbro. Ramón Celis G.                                                                                                                                                                Agosto 28, 2011 Número 193